Por Xulio Ríos.
RIOS, Xulio.EE.UU-China: Los ecos de la cumbre Bush-Hu.Centro Argentino de Estudios Internacionales, Programa Asia-pacifico. Argentina, 2006. Consultado en:
Escasos resultados de carácter inmediato produjo la cumbre el pasado 20 de abril de 2006 entreGeorge Bush y el presidente Chino Hu Jin Tao, es delicado el momento que atraviesan las relaciones bilaterales, EE.UU trata de vigilar el comportamiento de China y Hu Jin Tao, por su parte intenta convencer al gobierno de los EE.UU de sus buenas intenciones, el tiempo de China a un no llega pero las agendas de los dos gigantes crecen recíprocamente.
EE.UU. mira de reojo la emergencia de China y esta última ha entendido sus relaciones con Washington como un asunto central de su política, sobre todo a partir de la ruptura con la URSS. Actualmente se presenta un giro importante de la diplomacia china hacia EE.UU, a pesar de la problematización creciente de la agenda bilateral, existe una política de reciproca seducción, plasmada en el diálogo sobre derechos humanos y un conjunto de iniciativas más comprometidas. EE.UU ha tendido a mantener una influencia política haciendo uso de la habitual presión para tener bajo su control a Irán e Irak como estrategia de evitar el inevitable ascenso de la economía China. EE.UU es un buen aliado de la Unión Europea ya que sus políticas siempre terminan siendo convergentes.
La relación Japón y China aun no es la mejor debido a que pesan las diferencias históricas, anexándole a ello las tensiones energéticas o las disputas en torno a Taiwán por consiguiente a nivel general persiste un enfriamiento en las relaciones bilaterales.
China ha puesto en marcha una peculiar diplomacia gubernamental-no gubernamental, Desde 2005 con lo cual trata de solucionar las crisis diplomáticas con el gobierno japonés, la posición de Japón en la economía china ha descendido, convirtiéndose en el tercer socio comercial es evidente que las dificultades políticas han afectado los intercambios comerciales, las partes han sido conscientes de la necesidad de superar estas dificultades y para ello han impulsado rondas de dialogo estratégico. Entre las necesidad de la convergencia entre las partes Beijing viene proponiendo la exploración conjunta de las riquezas del subsuelo marino (petróleo y gas), que Tokio no acaba de aceptar. A finales de marzo pasado, Beijing protestó por la inclusión de las islas Diaoyu (Senkaku, para Japón) en los libros de texto japoneses, como parte de su territorio. Además La alianza de Japón y EEUU complica las ambiciones marítimas de China.
Por último, la nueva esperanza china se llama Rusia, en la cumbre con Putin, celebrada en abril en Beijing, se ha avanzado en los ámbitos tradicionales de cooperación (ya sean suministros energéticos o compras de armamento) y se han ensanchado las coincidencias estratégicas. El alejamiento entre Rusia y EE.UU se explica por lo antes mencionado. El año pasado, el comercio entre Rusia y China experimentó un aumento del 38%, en relación con 2004, llegando a 29 mil millones de dólares. Hacia 2010 se pretende que el comercio bilateral alcance la cifra de 60 – 80 mil millones de dólares, así como ampliar sustancialmente la cooperación científica y en materia de inversiones.
Se considera que las relaciones entre China y EE.UUse hallan en un proceso de maduración. EE.UUy China no son iguales, tienen historias y regímenes sociales diferentes, sus escalas de valores también difieren., importa identificar los puntos de coincidencia y no ahondar en las divergencias. Para lo que se tiene en cuenta cinco diálogos: estratégico; económico, comercial y energético; los problemas regionales en cuanto a seguridad; En Yale, Hu Jin tao, fue muy explícito en su rechazo a copiar el modelo político occidental manifestó que ninguno de los dos sistemas es perfecto, pero el chino, con su idea de armonía, de respeto a la autoridad, de supremacía de los derechos colectivos sobre los individuales, se adapta a las peculiaridades de su civilización, y por lo tanto es difícil, que se produzca una aproximación en el lenguaje político respecto a EE.UU.
De esa forma lo que sigue preocupando en EE.UU es que una de las evidencias culturales chinas más profundas consiste en ocultar las verdaderas intenciones y trata de mantener incógnita su identidad profunda.
El breve diálogo sostenido por Hu y Bush parece haber contribuido a mejorar la disposición de la administración estadounidense en torno al problema de Taiwán.
Hasta el momento EEUU no ha logrado eclipsar en este encuentro la imagen internacional de una China cada vez más poderosa. Sin duda, buena parte de esa campaña de imagen negativa de China se debe al temor de EEUU de perder su condición hegemónica. Hu ha recordado a Bush que el 70% de las exportaciones chinas a EEUU consisten en productos transformados, lo que viene a suponer que China obtiene en ese proceso un pequeño porcentaje de los costos de transformación, ya que son las multinacionales estadounidenses quienes obtienen la mayor ventaja. Este año, China se confirmará como segundo socio de EEUU, detrás de Canadá y por delante de México. No obstante impera la desconfianza, sobre todo en el sector de altas tecnologías, por motivos de seguridad y con el fin de retrasar lo que ya parece inevitable, que China se convierta también en un poder tecnológico mundial. Hu Jin Tao ha rechazado la imposición de sanciones y el hipotético recurso al capítulo VII de la carta de Naciones Unidas contra el régimen de Teherán, planteado por Bush. Bush se ha quejado de que China hace acuerdos de suministro de petróleo con países con los que está enemistado (Sudán, Venezuela, Myanmar o el propio Irán). Las necesidades de petróleo de China han aumentado un 41% entre 2001 y 2005. Las importaciones procedentes de Irán han aumentado un 389% entre 2000 y 2004. China aumenta sus compras en EE.UU en esta ocasión, la factura ha ascendido a 15 mil millones de dólares, a empresas como Boeing, IBM, Motorota, Texas Instrument, etc.